Vivimos en un mundo en el que continuamente se nos dice lo que tenemos que hacer. Eso hace que ya casi no escuchemos a la intuición que todos tenemos.
Cuando llegamos a nuestra nueva casa lo habitual es que no cuestionemos nada. No hagamos cambios y rápidamente nos acostumbremos a ese nuevo entorno y nos adaptemos a cómo son las cosas.
Por ejemplo, en casa sólo ponemos la cama en la pared señalada para ello. El lugar para la mesa de la cocina también lo encontramos predefinido. Y hasta el horno ya lo encontramos ubicado en el lugar que planeó el arquitecto o decorador al hacer la distribución de la vivienda.
Todo viene ya determinado. Por eso, ya ni siquiera escuchamos nuestras corazonadas porque pensamos que tenemos que aceptar la situación tal y como es. Según nos viene dada.
Así, cuando ya llevamos tiempo haciendo esto, a menudo, ya ni siquiera somos capaces de reconocer las señales de nuestra intuición. O, simplemente, las ignoramos porque pensamos que no podemos hacer nada para cambiar algo.
He tenido algunos clientes que me han reconocido, al presentarles el proyecto de Feng Shui para la casa o para su lugar de trabajo, que querían hacer exactamente los cambios que les he propuesto. Pero que, por una razón u otra, lo hicieron de manera distinta.
Con muy pocos de ellos al llegar a la casa para hacer el estudio, sólo he tenido que cambiar pequeños detalles para conseguir la sensación de bienestar deseada
Te haré una pregunta.
¿Eres de esas personas que no se imaginan moviendo la cama a otra pared porque la lámpara ya no se puede enchufar ahí? En ese caso, te diré que hay una solución para todo. Por ejemplo, hay lámparas que funcionan con pilas y también lámparas solares. Y son mucho más fáciles de evaluar en términos de electrosmog.
La intuición es nuestra gran aliada
Las personas que trabajan en su interior también cambian su exterior más adelante. Cuanto más fuerte eres por dentro, más te preocupas de que tu exterior también esté en armonía. Y, la mayoría de las veces, esto se acerca mucho a un buen Feng Shui.
Por cierto, esto también funciona al revés. Suelo cambiar primero en el exterior y luego siento la necesidad de trabajar también en mí misma. ¿A ti también te ocurre?
A menudo, es bueno cambiar de perspectiva. Puedes comprobarlo haciendo una sencilla prueba. Siéntate en un lugar que no utilices habitualmente y observa bien la habitación. O pon tu cama en un ángulo diferente de la habitación durante una noche y observa qué ocurre y cómo te sientes.
Entonces, ¿nuestra intuición es siempre una aliada?
A veces me llaman posibles clientes y me dicen que no se sienten cómodos ni están contentos en su casa actual. Notan que esa vivienda no les deja florecer o les deprime. Me dicen que van a buscar un nuevo hogar y que, cuando lo hayan encontrado, volverán a llamarme.
Mi respuesta es siempre la misma: «primero debes cambiar las cosas en tu antigua casa y sólo después buscar algo nuevo».
Tal vez piensen que intento sacarles dinero con mi respuesta. Pero, al contrario, hay una buena razón para este planteamiento.
Los seres humanos estamos “programados” para sentirnos cómodos cuando estamos ante algo que conocemos. No se trata de si es positivo o negativo para nosotros.
Por eso, si buscamos un piso nuevo y nos sentimos exactamente igual que en nuestro piso actual, nos sentiremos bien. Nos da sensación de hogar.
Así que si venimos de un entorno negativo, pasaremos directamente a un entorno nuevo pero también negativo. Aunque, al principio, nos de una buena sensación porque nos resulta familiar.
En este caso concreto, nuestra intuición puede jugarnos una mala pasada. Pero yo diría que no es lo más frecuente.
Así que, a modo de conclusión, te diría que deberíamos volver a escuchar más a nuestro instinto.
Y me despido con otra pregunta.
¿Recuerdas alguna situación que hayas vivido y en la que hayas obtenido la confirmación de que tu intuición era la correcta?
Te animo a contactar conmigo. Me encantará que me la cuentes.