Los negocios nuevos siempre me han parecido todo un desafío laboral como consultora de Feng Shui.
Cuando se quiere poner en marcha un proyecto profesional el mejor momento para incorporar el Feng Shui es siempre antes de iniciarlo. Y, en realidad, no importa si lo que quieres es mudarte o abrir una tienda u oficina nueva.
¿Sabes por qué?
El Feng Shui no consiste en utilizar la decoración para influir en la armonía y el bienestar.
El Feng Shui puede hacer mucho más.
En la energía está el punto de partida
En primer lugar, es importante fijarse en el lugar donde se quiere instalar la oficina o tienda. Porque, el entorno es muy importante. Hay que tener en cuenta de dónde vienen las calles y qué energía aportan al negocio.
Hay que considerar qué energía básica y qué posibilidades aporta al objeto (oficina o negocio) y cómo encajas tú como propietario.
Cada lugar tiene áreas positivas y también menos buenas. Esto es normal y no se puede evitar. Si tienes en cuenta esta información, encontrarás la mejor ubicación para ti como jefe. Porque, sólo cuando todo esté bien para ti, podrás concentrarte en construir y hacer crecer tu negocio.
La zona de caja o de contabilidad son buenos para situarse.
Entre los menos buenos están los archivos, almacenes, cuartos de limpieza, aseos o similares.
Cada negocio o proyecto empresarial tiene una estructura energética que nos indica cuándo es un buen momento para hacer alteraciones. Conocer esto te aseguro que ahorra mucho tiempo y dinero.
Puedes olvidarte del típico dicho que siempre surge cuando se hace una reforma. Ese que afirma que “sabes cuando empiezas, pero no cuando acabas”. Ya que, si planificas el inicio de la construcción y realizas la obra en el momento adecuado, todo estará realizado en el plazo previsto para ello.
Ya he escrito antes sobre los continuos problemas que tuve durante la reforma de mi propia casa y cómo finalmente los resolvimos. Si te interesa la historia, puedes leerla aquí.
La importancia de definir objetivos para los negocios nuevos
Gran parte del éxito de un negocio comienza por establecer los objetivos para él desde, incluso, antes de tenerlo. Por ahí se empieza. Y, de hecho, para mi es necesario conocer los objetivos del cliente cuando trabajo cualquier proyecto que vaya a incorporar el Feng Shui.
En una consulta dental, el objetivo principal puede ser reducir el miedo de los pacientes. Crear un entorno en el que puedan estar tranquilos y relajados.
Sin embargo, en un restaurante, la prioridad es que los clientes vuelvan.
Y en una zapatería, quizá se quiera que haya mucho tránsito de personas.
Una oficina pequeña tiene que crear el ambiente adecuado entre todos los empleados.
En otra, el jefe necesita más apoyo de sus empleados.
Como ves, según el tipo y características del negocio, su objetivo es diferente al de cualquier otro. Por eso, es importante saber cuál es el objetivo principal buscado por su propietario.
Sobre todo, hay que conocerlos cuando se trata de activar áreas en particular. Porque, en determinadas circunstancias, esto puede tener un efecto contraproducente. Hay que tener cuidado y utilizar esta activación de forma muy puntual. Y, siempre, debería ser realizada por un asesor experto en Feng Shui.
Ten en cuenta que el Feng Shui es un proceso vivo. Por esta razón, acompaño personalmente a mis clientes durante un largo periodo de tiempo.
Si incluyes el Feng Shui desde el principio del proyecto, puedes eliminar muchos problemas de antemano y asegurarte de que otros no se produzcan.
Porque, si la base es correcta, entonces es mucho más fácil hacer pequeñas mejoras.
El Feng Shui aporta a un negocio mucho más que “decoración”
Desgraciadamente, a menudo ocurre que cuando empiezo a trabajar en un nuevo negocio, ya se han tomado previamente decisiones que afectan al proyecto. Ya se han producido problemas y las condiciones básicas no son las mejores. El error está en pensar que eso puede solucionarse solo con un poco de decoración.
Estaría bien que fuera así de sencillo.
Y, por favor, no me malinterpretes. Siempre, realmente siempre, se puede mejorar la situación. Pero si el punto de partida no encaja, entonces ni siquiera el Feng Shui hará milagros después.
Por supuesto hay muchos detalles y consejos que puedes aprender en general o que puedes encontrar en mi blog. Pero, eso es solo la punta del iceberg a la solución de los problemas que se dan en cada caso concreto.
El diseño de interiores según el Feng Shui también se basa en la estructura energética del objeto.
Como ya se ha dicho, hay zonas buenas y otras que no podemos utilizar. En ellas, utilizamos conscientemente la decoración para reforzar lo que queremos o para conseguir un efecto deseado en nosotros, o la utilizamos para debilitar las influencias desfavorables.
Por ejemplo, en oficinas con una determinada estructura energética, en una oficina de planta abierta, puede ocurrir que haya muchos cotilleos y se hable mal de los demás. Mudarse con una oficina completamente abierta no es factible a corto plazo para la mayoría de la gente, así que intentaremos debilitar esta influencia aquí. Los elementos decorativos divididos por elementos nos ayudan a conseguirlo.
A menudo me preguntan por los colores.
Efectivamente, los colores tienen un efecto muy fuerte sobre nosotros, sobre nuestro estado de ánimo, sobre nuestro subconsciente.
Pero, en el Feng Shui, la influencia de los colores no es muy decisiva. Puesto que, si necesito incorporar el elemento fuego, para mí no sería importante si el cliente elige un rojo, un naranja, un amarillo o un rosa. Ya que todo pertenece al mismo elemento. Aunque, a nivel energético, el efecto sobre nosotros no es obviamente el mismo con un rosa claro o un amarillo brillante.
En el Feng Shui se utilizan mucho más las formas y los materiales, ya que tienen un efecto mayor.
Por otra parte, la disposición de los asientos en las oficinas diáfanas, y en los espacios de co-working también desempeña un papel muy importante.
Si tienes dudas o deseas que te ayude a orientar tu nuevo negocio hacia el éxito y la prosperidad, aquí me tienes para ayudarte a logarlo.
Me despido insistiendo en que puedes dejar muchas cosas al azar. Pero, no deberías. Porque tu éxito depende de tu entorno y de lo que hagas de él.