Resulta casi imposible negar que las esquinas son las “grandes olvidadas” de las habitaciones.
En una publicación anterior hablé de las «flechas envenenadas» del Feng Shui. Ahí explico por qué es importante evitarlas y cómo equilibrar el efecto negativo que tienen en quienes habitan los espacios en los que se encuentran.
Por eso, hoy era imprescindible recordarlas a ellas: a las esquinas.
Porque, cuando hablamos de los bordes, a menudo, nos referimos también a las esquinas.
Como decía, hace un momento, se trata de los rincones olvidados de las habitaciones. Esas zonas donde se acumula el polvo. Y sólo nos damos cuenta de que existen cuando, poco a poco, se extiende tanto que ya no podemos ignorarlo. Aunque, a veces, no es el polvo sino el moho lo que se extiende. Y eso ya no es muy beneficioso para nuestra salud.
Estos rincones muertos también se reconocen fácilmente porque en ellos tienden a acumularse el desorden y la basura. ¿Te habías fijado en este detalle?
Diferencia entre las esquinas y las flechas envenenadas
Las flechas y las esquinas hacen un uso muy diferente de la energía.
En el caso de las flechas, su energía se acelera con fuerza y, por tanto, trae consigo cosas negativas (como un río torrencial que arrastra todo a su paso).
Por el contrario, con las esquinas ocurre algo muy diferente. Aquí, la energía está bloqueada y no puede nutrir el espacio con cosas buenas y favorables. Como un estanque sin vida.
Al igual que las flechas envenenadas, estos rincones muertos tienen un efecto negativo en nuestro bienestar.
A menudo, los percibimos como nichos oscuros, desnudos y muertos que tienen un efecto poco acogedor e inspirador sobre nosotros.
Los rincones suelen tener poca energía
En los buenos espacios, la «energía vital», el chi (qi), nos suministra vitalidad tanto a nosotros como a nuestros espacios vitales y de trabajo. Sin embargo, el chi evita todos los rincones de una habitación, dejándolos fuera. Con el resultado de que no reciben suficiente energía.
¿Acaso es ésta la razón por la que los alumnos traviesos y rebeldes solían ser colocados en un rincón de espaldas a la clase? De ese modo, ya no tenían margen de maniobra. Se les excluía de la comunidad, se les aislaba, quedaban privados de toda energía y se les inmovilizaba.
La expresión «arrinconar a alguien» también deja bien claro de qué se trata: apartarlo, ponerlo a la defensiva, aislarlo. Por supuesto, no de forma positiva.
Para muchos pueblos primitivos, las esquinas eran y siguen siendo muy sospechosas y aterradoras. Creen que es donde habita el mal. Y una señal de ello sería las bajas energías que allí reinan. Por eso, no es de extrañar que vivan en cabañas redondas, como un iglú, un tipi o una yurta.
Incluso los niños, que todavía son muy sensibles y están muy conectados con las energías, suelen tener miedo a las esquinas. Sobre todo, si son muy oscuras.
Cómo equilibrar el efecto negativo de las esquinas
Hoy en día, no cabe duda de que las esquinas son una parte importante de cualquier habitación. Al fin y al cabo, la definen a nivel estructural junto con las paredes.
Las esquinas son incluso muy útiles para realizar un análisis de Feng Shui.
De hecho, si se conectan las esquinas diagonalmente opuestas, el resultado es el medio, el centro de la habitación. Y, en el Feng Shui, siempre se presta especial atención a este punto.
Los rincones de las habitaciones suelen estar envueltos en sombras oscuras y, por tanto, tienen un efecto aterrador sobre nosotros. Una lámpara bien elegida aporta luminosidad a la oscuridad y dota al rincón de una nueva luz.
Se pueden colocar cosas bonitas en los rincones de una habitación para darle vida y elevar su nivel de energía. Puede lograrse colocando una planta grande y sana, alguna mesita auxiliar, un sillón o silla acogedora, estanterías o armarios esquineros o algún tipo de objeto decorativo. Aquello que elijamos debe llamar la atención, atraer la mirada y mantener así la energía en la habitación.
Otro detalle a tener en cuenta es que sentarse o tumbarse de espaldas en un rincón no está favorecido por el Feng Shui. Si está sentado en un escritorio, por ejemplo, debería tener siempre una “tortuga robusta” detrás. Esta simboliza protección, seguridad y estabilidad ya que una esquina no aporta ninguno de estos valores. Para compensarlo, bastará con colocar un biombo, un armario esquinero o una pared empotrada. Cualquiera de estos elementos podría poner remedio. En caso de emergencia, una lámpara de pie o una planta grande también pueden dar un aspecto más positivo al rincón.
Espero, que, desde ahora, prestes atención a las esquinas que hay en tu casa o lugar de trabajo. Con un poco de cuidado seguro podrás mejorar la energía que se concentra en esos espacios y no te está ayudando.
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