Hay una técnica milenaria que frecuentemente se tiende a tomar como sinónimo del Feng Shui aunque no lo es. Me refiero al Vastu Shastra.
¿El motivo? Tanto el Feng Shui como el Vastu Shastra tienen una serie de aspectos en común. Aunque, al mismo tiempo, se dan una serie de razones por las que estas disciplinas orientales son muy diferentes. Y no deben confundirse.
El Vastu se originó en la India hace unos 12.000 años (según MahaVastu) y el Feng Shui en China hace unos 4.000-6.000 años (según Lam). Hay muchas teorías que afirman que el Feng Shui se originó a partir del Vastu o fue fuertemente influenciado por él. Cuando los monjes de la India cruzaron el Himalaya hasta China para difundir el budismo en Asia, también llevaron consigo los conocimientos de Vastu. Allí se modificó según las condiciones climáticas de China, se adaptó a la cultura de ese país y se desarrolló de diferentes maneras. Evolucionó hasta llegar a lo que hoy se conoce como Feng Shui.
Porque, incluso para el Feng Shui «occidental» actual, las directrices se modifican. Por ejemplo, en China, el color rojo está muy potenciado porque representa la riqueza. Sin embargo, en occidente, este color representa el peligro y, por tanto, se aplica de forma diferente. Como ves, el Feng Shui clásico es como un sistema vivo que puede aplicarse a cualquier cultura.
Qué tienen en común el Vastu Shastra y el Feng Shui
El Vastu Shastra es una antigua doctrina hinduista que trata sobre la influencia de las leyes de la naturaleza en las construcciones humanas. Ambas representan disciplinas ancestrales que pretenden crear espacios de salud y bienestar en armonía con el entorno, la naturaleza y el cosmos.
En los dos casos, están relacionados con la metafísica. Y combinan una parte visible, material y tangible, con otra invisible, inmaterial e intangible que no se puede ver ni tocar, pero sí sentir.
Igualmente, organizan los espacios en función del flujo de energía. Hablo de la energía que se llama «Chi» o «Qi» en el Feng Shui y «Prana» en el Vastu Shastra. A nivel religioso es lo que llamaríamos «espíritu» y en la física cuántica es «energía».
Ambos sistemas ofrecen «curas» para armonizar la energía de los espacios. Así como, también, remedios para corregir los problemas de flujo de energía. Y recomendaciones para la decoración y una mejor distribución de las habitaciones.
Estas prácticas parten de la base de que es en el centro de la casa donde se concentran todas las energías. Y, por ese motivo, es la parte más importante de la vivienda. Además, tanto el Vastu Shastra como el Feng Shui utilizan los ocho puntos cardinales para determinar la ubicación y la arquitectura. Y los cinco elementos para atraer las energías positivas.
Diferencias entre el Vastu Shastra y el Feng Shui
A pesar de que existen entre ellas muchas similitudes, es importante recordar que ambas disciplinas utilizan métodos muy distintos y difieren en muchos aspectos.
Entre las principales cosas que las separan están estas:
#1 – Sus 5 elementos básicos para armonizar el espacio son diferentes
Según el Vastu, los 5 elementos principales de la naturaleza son la tierra, el agua, el fuego, el aire y el éter. Son los mismos que en el Ayurveda (Pancha Bhoota). Sin embargo, en el Feng Shui, los elementos para los ciclos de creación, control y destrucción son la madera, el fuego, la tierra, el metal y el agua.
#2- Tienen distintos orígenes de conocimiento
El Vastu sigue el arte, la ciencia y la filosofía de los Vedas. Y forma parte de un conocimiento integral conectado con el Yoga, el Ayurveda y la astrología Jyotish. Sin embargo, el Feng Shui está relacionado con el libro del Emperador Amarillo, de la medicina tradicional china y la astrología – el Bazi, los cuatro pilares del destino.
#3 – Sus objetivos no coinciden
El Feng Shui pretende aprovechar las buenas energías que están presentes en el lugar donde vivimos o trabajamos. Para evitar o reducir las que afectan a la salud y la prosperidad. Al contrario, el Vastu promueve lo mismo, pero su objetivo superior es espiritual: busca armonizar al yogui con su alma a través del espacio arquitectónico. Y crea las condiciones espaciales ideales para su proceso de unión con el Ser. De ese modo, promueve el desarrollo personal y espiritual.
#4 – Duración de los trabajos
Probablemente una de las mayores diferencias es también que el Vastu determina la disposición más favorable para un edificio a perpetuidad. Mientras que algunas escuelas de Feng Shui recomiendan realizar ajustes anuales y atender siempre a las influencias energéticas cambiantes.
#5 – Uso del color
La escuela de la estrella volante del Feng Shui clásico sugiere ciertos colores o elementos para recibir los diferentes tipos de qi que se colocan en cada una de las 8 alineaciones cardinales cada año. Se basa en el calendario chino. Sin embargo, el Vastu no prevé tales ajustes.
#6 – Los campos magnéticos
También es interesante observar que la geobiología es una parte integral del Vastu. Mientras que en el Feng Shui ya no se incluye en todas las escuelas actuales.
Hoy en día, sólo unos pocos consultores de Feng Shui conocen las redes de campos magnéticos de la tierra, su influencia en la salud humana y cómo tratarlas. Sin embargo, originalmente, formaban parte del Feng Shui y se llamaban E. En Vastu, estas rejillas forman parte del simbolismo del Vastu Purusha Mandala y son siempre la base.
Así pues, aunque se trata de dos disciplinas orientales con objetivos similares, podemos observar que siguen metodologías muy diferentes y no deben confundirse entre sí.
Solo se puede espectacular sobre el hecho de que el Feng Shui sea más conocido hoy en día. Tal vez se deba a que el sistema hindú está muy conectado con las creencias religiosas. O, quizás, porque hay quien cree que el Vastu es más potente en el diseño de una vivienda nueva o en edificios religiosos como templos. Mientras que el Feng Shui tiene numerosas herramientas para trabajar espacios ya existentes.
Sin duda, esto último lo ha hecho más práctico a lo largo del tiempo. Desde aquí te animo a contactar conmigo si deseas conocer más detalles sobre como el Feng Shui puede ayudarte a aprovechar la energía de los espacios que habitas para alcanzar tu bienestar personal y profesional.