Probablemente hayas oído hablar del Yin y Yang en alguna ocasión. O, al menos, es posible que hayas visto su símbolo en algún momento.
Sin duda, es una imagen más que conocida e identificable. Pero, ¿sabes realmente qué significa?
Recuerdo que, cuando yo era adolescente, tanto este signo como, también, el de la paz estaban totalmente de moda. ¡Los encontrabas en todas partes! Y me cansé de verlos.
Años después, esa fue una de las razones por las que no me gustaba el tema del Yin y Yang. Hasta que no pude evitar tratarlo durante mi formación como Maestro de Feng Shui.
Qué son el Ying y Yang
Yin y Yang son las formas universales de energías opuestas existentes en la tierra. Como recordarás, el símbolo en sí muestra la ley universal completa. Algo que me parece increíblemente complejo e interesante.
Por eso… echemos un vistazo más de cerca.
Por una parte está, el símbolo es Yin y, por otra, la del Yang. Y, cada una de esas partes, lleva dentro una semilla del otro. No hay línea que los separa y su cualidad más elemental es la permanente modificación en el interior.
En definitiva, son dos fuerzas que siempre están unidas. Y que, además, se equilibran dentro de sus cambios permanentes.
Lo explico con un ejemplo:
Todos los días del año tienen 24 horas. Da igual de que día o de qué fecha se trate. El total de estas 24 horas se divide en una parte clara y una parte oscura: el día y la noche. Estos intervalos cambian a lo largo del año. En primavera los días se alargan y por eso las noches tienen que retroceder y en otoño pasara al revés. Siempre es así.
Con el Yin y Yang ocurre eso mismo. Esta pareja está siempre formada por una unión estable, armónica y siempre en movimiento. Si Yang crece, Yin tiene que retroceder. Y, al revés, para que el equilibrio exterior se mantenga entero.
Su importancia es tal que todo en este mundo pertenece a uno de los dos. Colores, materiales, estados de ánimo, ambientes… Todo se puede definir como perteneciente a una de las dos fuerzas.
Las calidades se pueden apreciar también en habitaciones, pisos, casas o edificios. No hay límite. Todo tiene carácter Ying o Yang.
Por eso en el Feng Shui lo primero en que nos fijamos es en la calidad (o carácter) Ying o Yang que tiene cualquier elemento. Las calidades se pueden apreciar también en habitaciones, pisos, casas o edificios. ¡No hay límite! Todo tiene carácter Ying o Yang. Y conocerlo tiene una importancia fundamental tanto para las necesidades generales como individuales.
Qué es Yin en una casa
Por ejemplo, hay habitaciones que sirven para la relajación y el descanso. Por ese motivo, tienen por eso un carácter más bien privado. Son lugares Yin como, por ejemplo, el dormitorio.
Y… ¿Cómo es el diseño optimo de una habitación Yin?
- Revestimiento de piso suave y que absorbe el sonido
- Iluminación suave e indirecta
- Cortinas de tejido gruesos
- Colores tranquilos y fríos
- Muebles pesados
- Temperatura ambiente moderada
Cuáles serían las habitaciones Yang de la casa
Al contrario de lo que acabamos de ver, las habitaciones Yang son los típicos sitios destinados al encuentro y a la comunicación. Su carácter es abierto. Y el salón o el comedor son las habitaciones Yan típicas.
El diseño optimo de una habitación Yang es:
- Suelos lisos, laminados
- Iluminación brillante
- Cortinas traslucidas
- Colores brillantes y fuertes
- Muebles ligeros
- Temperatura ambiente más alta
Como experta, reconozco que son muy interesantes los espacios que incluyen simultáneamente elementos Yin y Yang. Como suele pasar en las habitaciones de los niños o en pequeños apartamentos.
Pero, puede ocurrir, también, que no logres descansar bien en tu dormitorio porque tenga demasiados aspectos Yang. O que ambientes con una función orientada al diálogo, como es el comedor, lo facilite esta función porque incluya demasiados elementos Yin.
Si crees que puede ser tu caso. Y, algo así, está sucediendo en tu casa, no dudes en contactar conmigo. Puedo ayudarte a hacer de tu vivienda un lugar en el que las energías opuestas Yin y Yang se conviertan en elementos de bienestar y calidad de vida. ¡Te animo a hacer la prueba!