Estoy acostumbrada a que cuando alguien me conoce y sabe que soy consultora certificada y fundadora de StayShui, suponga que mi vivienda es la casa perfecta según el Feng Shui.
Siento decir que la realidad no siempre coincide con lo que esperamos o creemos. Y eso es justo lo que ocurre con mi casa.
Mucha gente piensa que vivo en una casa perfecta de Feng Shui porque, por mi formación, debería hacer que mi propia casa lo sea. Por supuesto, para que lo fuese, tendría que ser favorecer a todos los miembros de la familia a nivel de prosperidad económica, en cuanto a salud y en otros muchos aspectos.
Tal vez sería así si en el momento de la compra hubiera tenido la información sobre Feng Shui que tengo hoy.
Por desgracia, no fue así.
A continuación, te explico por qué digo esto. Comencemos desde el principio.
Por qué mi vivienda no es la casa perfecta según el Feng Shui
Mi familia y yo vivimos en nuestra casa desde 2009. Eso significa que estaba embarazada de mi primer hijo cuando nos mudamos a este nuevo hogar.
Yo empecé a practicar Feng Shui en 2011. Pero, a lo largo de los años, había asistido ya a cursos de fin de semana y había leído infinidad de libros sobre el tema puesto que el Feng Shui me interesaba desde hace mucho tiempo. Hacía cursos a distancia de los que te enviaban un montón de carpetas con información y un año después había un evento en directo con una especie de examen final.
Después de eso, me enganché y empecé a buscar un experto que me enseñara más conocimientos a nivel profesional. Al final, estudié con un maestro de Alemania, del que aprendí mucho y que me formó para convertirme también en maestra.
Pero… ya teníamos nuestra casa. Y no, no es la casa perfecta según el Feng Shui.
Vivimos en una casa que no nos favorece a ninguno. Ni la zona de entrada ni apenas algunos espacios en el interior. Para colmo, todos necesitamos las mismas «energías». ¡Y eso que es muy raro que toda una familia tenga el mismo número Kua! Por desgracia, esto no es positivo en este caso. Ya que sólo tenemos un lugar donde todos podemos pasar el rato y ser ayudados y apoyados por la energía positiva.
La casa en sí tampoco tiene una estructura energética básica positiva. Hasta el año pasado estaba más o menos bien. Pero, a partir de este año, debido a los cambios de era que se han producido, será definitivamente más difícil lograr un buen equilibrio. Si quieres saber más sobre los cambios desde este año, te animo a consultar este artículo.
Yo también necesité el Feng Shui en mi hogar
Por todo lo que acabo de comentar, me planteé y he hecho algunos cambios en los últimos meses en mi hogar.
Por ejemplo, he pintado, redecorado y cambiado la orientación de los muebles.
Recuerda que con el Feng Shui, siempre tienes a mano una herramienta maravillosa para influir en las cosas. Para minimizar lo desagradable y que no te beneficia.
No olvides que el entorno influye mucho en nosotros. Pero, no hay que volverse loco.
Las energías personales, la astrología china con sus posibilidades y, por supuesto, aquello con lo que cada uno nace, influyen en nuestras vidas.
Las grandes influencias energéticas generales también desempeñan un papel importante. También, en qué país vives y hasta el estado general de ciertas industrias. Por otra parte, algunas cosas suceden y no puedes influir en ellas.
Así que, tanto mejor si podemos influir en nuestro entorno inmediato e intentar mantenernos en la medida de lo posible.
Esto no significa que logremos que todo sea paz, alegría y felicidad. Sólo significa que siempre sacamos lo mejor de nuestra situación actual.
Cambios que mejoraron la vida de mi familia
A lo largo de la vida no todos los cambios ocurren a la vez. Las personas evolucionamos y lo que nos rodea, también. Es un proceso.
Cuando terminé mi formación como maestra, elegí cambiar algunas cosas que me parecía que eran prioridad en ese momento.
Remodelé la entrada, rediseñé todo el jardín e intercambiamos las habitaciones con los niños. Probablemente el cambio más importante fue la eliminación de nuestra chimenea. El rincón donde estaba la chimenea no tenía buena energía y eso era algo que me inquietaba mucho. Nunca estaba en paz en nuestra casa. Sin duda, esa inquietud estaba «alimentada» por la chimenea, aunque no se utilizara la mayor parte del tiempo.
Nunca me había sentido como en casa en esa vivienda y tardaba semanas en acostumbrarme de nuevo a ella después de unas vacaciones.
Cualquiera que conozca esta sensación entenderá lo desagradable, poco relajante y agotador que es estar en una casa así. ¿Te ha ocurrido también a ti?
Pero, una vez quitada la chimenea, esta sensación desapareció.
La verdad, no esperaba que se notase tanto la mejora solo con este cambio. Pero, tengo que reconocer, que fue maravilloso y acertado.
Poco a poco, estos cambios han traído consigo una serie de mejoras, de modo que algo se ha ido abordando y mejorando.
Una familia es un sistema dinámico. Las circunstancias de la vida cambian y también las exigencias de nuestro hogar.
Lo aprendimos durante la pandemia, cuando de repente todos necesitábamos un lugar para trabajar en casa. Algo que ni siquiera habíamos tenido en cuenta nunca.
Por tanto, nosotros y nuestro entorno debemos ser lo más flexibles posible para poder reajustarnos de vez en cuando. Dependiendo de lo que necesitemos en cada momento.
Recuerda que puedes contactar conmigo y consultarme si necesitas ayuda para sacar todo el potencial a tu vivienda y mejorar el bienestar de los que vivís en ella.
¡Disfruta de tu hogar!